El colágeno en las cremas, ¿De veras sirve?
Las cremas de colágeno han existido desde hace décadas y a primera vista parecen útiles, al final de cuentas en todos los anuncios que salen en la tele nos cuentan que la piel está hecha de colágeno, ¿Tiene sentido, no? Si me pongo una crema con colágeno, la piel debe absorberlo y con ello mejorar. Pero así no funciona la cosa, y de esta parte que no nos cuentan en los comerciales es de la que se aprovechan para vendernos cremas prácticamente inútiles.
El colágeno es una proteína de origen animal (no existe colágeno vegetal) con una estructura molecular grande que no penetra la piel, tiene esa barrera física que simplemente no puede pasar y de hecho este es uno de nuestros mecanismos importantes de protección, si no todo nos entraría y viviríamos enfermos o con alergias. El colágeno simplemente se queda encima de la piel creando la impresión de humectación, solamente para ser lavado en la siguiente ducha sin haber tenido mayor efecto sobre la estructura de la piel.
Algunas compañías dicen que han desarrollado técnicas para mejorar la absorción del colágeno a través de su fragmentación en pedacitos más pequeños que faciliten su absorción, como la utilización de colágeno parcialmente hidrolizado, pero es muy probable que estos fragmentos sean demasiado pequeños para integrarse adecuadamente en la estructura de colágeno y sean lavados rápidamente de la piel a través de flujo linfático.
Entonces, si sabemos que el colágeno de la piel inevitablemente se gasta y se daña, que nuestra capacidad para producir más se reduce a medida que envejecemos y que el colágeno no puede entrar por la piel, entonces, ¿Qué hacemos? Pues podemos ayudar a nuestra piel desde varios frentes (también hay quienes venden colágeno por vía oral pero recordemos que en nuestro tracto digestivo todas las proteínas se degradan a sus estructuras más básicas, aminoácidos, y ya dejan de ser lo que eran, entonces no tiene sentido tomar colágeno pensando que va a ir directo a la piel):
1. La nutrición casi por regla general es el principal factor a revisar cuando se trata de mejorar cualquier aspecto relacionado al funcionamiento de nuestro cuerpo. Los preservantes, mejorantes de sabor, sabores artificiales y algunos que supuestamente son naturales pero no lo son, colores, aceites refritos y los alimentos transgénicos, entre otros, tienen compuestos que dañan todos nuestros órganos incluida la piel, en cuyo caso perjudican componentes esenciales que le brindan su flexibilidad y suavidad, especialmente el colágeno.
2. La vitamina C ayuda a neutralizar los radicales libres que dañan la estructura de la piel y es un componente esencial para la síntesis del colágeno. De nuevo, una dieta saludable debería incluir muchas frutas y vegetales de color azulado, morado o diferentes tonalidades de amarillo, con lo que tendríamos que cubrir todas nuestras necesidades de vitamina C.
3. Hacer ejercicios aeróbicos o cualquier actividad física durante unos 20 minutos diariamente hace que tu corazón distribuya bien en todo tu cuerpo los nutrientes que adquirís.
4. Consumir cantidades adecuadas de proteína, no importa si animal o vegetal, lo importante es consumir todos los aminoácidos esenciales que tu cuerpo necesita.
5. Las cremas de la industria convencional tienen una gran cantidad de químicos y alcohol que daña la estructura de la piel, es mejor usar productos naturales a base de aceites vegetales cuyos componentes son iguales o muy similares a las grasas que naturalmente están en la piel (que precisamente forman la barrera protectora) y por lo tanto pueden penetrar fácilmente.
Ya vemos pues que no todo lo que brilla es oro, especialmente viniendo de cualquier industria tradicional, y aunque el colágeno en las cremas no vaya a hacerte daño tampoco va a ayudarte, y supongo que no es tan bonito andar botando la plata.a de internet.
Nota: la foto nos fue compartida por parte de una compradora de nuestras cremas.
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